Hace unos meses vi por internet unos vídeos de Xavier Pirla, pionero en España respecto a la PNL (programación neurolingüística), sobre como se había transgiversado el tema de la negación o usar el NO en el lenguaje. Pienso tiene razón en cuanto a que es un poco exagerado que el NO el cerebro no lo "entiende", puesto que entonces nuestra comunicación sería un caos. Por ejemplo, si la persona que lee esto no entendiese el NO ¿qué sucedería con esta misma frase que acabo de escribir? "... la persona que lee esto no entendiese...". Hasta ahí todo correcto, es cierto que se ha llevado en muchas escuelas el tema de la negación a casi la altura del tabú, y quizás resulte exagerado. Pero existen otros factores en los que puedes obtener unos resultados bastantes diferentes reconstruyendo una frase para eliminar la negación. No hará mucho tiempo existía un anuncio de televisión de SEAT que decía: no pienses en un coche rojo, en este caso nos parece imposible no pensar en ello, casi inevitable no imaginar el coche rojo.
En los niños resulta muy interesante el resultado que obtienes de dar una orden en negación o darla de forma positiva, es decir, no le digo lo que no quiero que haga, si no lo que quiero que haga. No es lo mismo decir: no quiero que cruzes la calle, que: quiero que camines por la acera por ejemplo. Pero, ¿nosotros los adultos? sí, es verdad que podemos hablar sobre temas e ir usando el NO, por supuesto, pero desde mí experiencia, se que si nos planteamos un objetivo nos sucede como en el ejemplo de los niños anterior. Los resultados son mucho más satisfactorios si el objetivo es en positivo, si nos centramos en lo que realmente queremos que nos pase o queramos conseguir que en lo que no queremos que ocurra. Si nos centramos en lo que no queremos es como si no se pudiese salir de ahí, es decir, vale, sabes lo que no quieres ¿entonces que es lo que quieres? Piensa en ello, todo lo que no quieres ya lo sabes, pues céntrate en lo que quieres, deposita toda tu energía en ello.

4 comentarios:

  1. Muy buen enfoque David, los consejos ó sugerencias positivas hacen que lo hagamos con gusto, pero cuando aparece el "NO", ya comienza a rodearnos el aspecto negativo.
    Un abrazo y buen artículo.

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  2. Gracias Germán por tu comentario. Hay que salir de ese aspecto negativo que nos rodea al entrar en la idea de lo que NO queremos y pensar en lo que deseas. Permitir qué lo que no quieres sea una consecuencia de lo que sí, y no al revés.
    Un abrazo.

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  3. Tiempo hace que le vengo dando vueltas al tema que propones del NO, y siempre me ha parecido lo mismo que comentas: es una exageración.

    Lo que sí he constatado es que es un caos cuando el NO está al principio de una frase ya que la mente va procesando las palabras como entran y, cuando llegas al "coche rojo" el "NO" ya queda muy lejos y es inevitable no escuchar lo que se dice. Mi planteamiento es al revés: "pon un coche rojo en tu cabeza; ¿lo tienes?; ahora bórralo para siempre". Sí, lo sé, suena muy sencillo, pero el NO al final de la frase es más efectivo: no es lo mismo decir "no saltes" que decir "saltar, NO". La negación al final es el resultado del pensamiento previo. Cuando el NO está al principio, la afirmación que le sigue se relaciona con dificultad con el NO del principio, y peor cuanto más larga sea la afirmación.

    Y aunque tengo más cosas pensadas sobre el "NO" voy a parar aquí, ¿no?

    Un abrazo.

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  4. Comparto la opinión que comentas de poner la negación al final de la frase, el mensaje obtiene mayor eficacia. Curiosamente ocurre al contrario cuando entra en juego el "...es que yo NO puedo hacer tal cosa..." Ahí, por ejemplo, casi se convierte en una afirmación ¿cual es la diferencia entre el coche rojo y el NO puedo hacer tal cosa? Otro ejemplo: No puedes pensar que NO puedes hacer tal cosa. Por supuesto, el mensaje adquiere diferentes sentidos dependiendo de la persona. Entonces, si depende de la persona...
    Muchas gracias por comentar Francesc.
    Un abrazo

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